El Diagnostico Precoz Y La Intervencion Son Clave Para Identificar El Autismo

Le preocupa que su hijo pequeño pueda estar dentro del espectro autista.

Sin embargo, la cita más temprana que puede concertar con un especialista puede tardar hasta un año y medio.

Por eso, pediatras como el Dr. Andrew Swiderski, que trabaja en Open Door Care Network en Ossining, ofrecen pruebas de diagnóstico preliminares que pueden empezar a responder a las preguntas de los padres preocupados.

Por ejemplo, el Dr. Swiderski puede entregarle a su pequeño paciente un teléfono móvil de juguete y animarle a pulsar los botones que producen distintos sonidos. A continuación, cubre el teclado con los dedos.

“Normalmente, el niño me mira a mí o a sus padres y dice: “¿Por qué haces eso?”. Ha establecido la conexión de que yo he interrumpido su juego”, explica el Dr. Swiderski. “En cambio, un niño con autismo se enojará con mi mano. No me mirará y no establecerá la conexión de que hay una persona involucrada”.

Este es uno de los “trucos” que el Dr. Swiderski utiliza cuando sospecha que puede haber un diagnóstico. Además, anima a los padres de sus pacientes a utilizar una aplicación (disponible en inglés y español) creada por los CDC que ofrece un “marcador de etapas” para supervisar el desarrollo de sus hijos.

“El autismo es un diagnóstico devastador, y muchos profesionales temen darlo, por miedo a etiquetar al paciente con una afección permanente que requiere la intervención de muchos especialistas y terapeutas”, afirma el Dr. Swiderski. “Los padres entran en pánico. Pero el pediatra debería ser el primero en detectarlo, así como otros retrasos en el desarrollo normal. El periodo más importante es entre los seis meses y los cuatro años, un momento crítico para identificarlo y examinarlo antes de que empiece la escuela”.

Según los expertos, cada vez se diagnostica autismo a más niños, no porque haya más casos que antes, sino porque hay más concienciación y se realizan pruebas con mayor frecuencia.

Los pediatras, afirma el Dr. Swiderski, representan la “primera línea” en el diagnóstico de estas afecciones. En Open Door, trabajan mano a mano con los profesionales de salud conductual del centro de salud para que estos niños puedan ser referidos a especialistas y no se queden sin atención.

Los padres, dijo, suelen pedir ayuda si observan que su hijo pequeño sufre uno o varios de una serie de síntomas diferentes, como la incapacidad para responder a las interacciones sociales o captar las señales no verbales, la falta de contacto visual, la falta de interés por los demás, la escasa imaginación en el juego, los movimientos repetitivos o los comportamientos ritualizados. Contrariamente a lo que afirman algunos teóricos de la conspiración, añadió, no hay pruebas que indiquen una relación con cuestiones ambientales o de estilo de vida, como las vacunas, los alimentos o las toxinas. Sin embargo, es hereditario, y no es raro encontrar dos niños con autismo en la misma familia.

“Les digo a los padres cuáles son las características que se asemejan al autismo y cuáles no, y a través de mis pruebas llego a una conclusión inicial y, si es necesario, los remito a un especialista”, dijo. “Los padres están asustados y quieren saber”.

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